Título:
“La vida ascendente”. 2016
Faustino
López
(Escultura
móvil en suspensión)
Varillas
de acero inoxidable de distinto diámetro, láminas de plástico recortadas.
440
x 380 x 185 cms. aprox.
Instalado en la escalera del CPR (Centro de profesores y Recursos) de Avilés
Todos los elementos del móvil
(colores, ligereza, levedad, vuelo…) parecen indicar la dirección que se debe
tomar para conducirse bien en los asuntos de la vida y de la educación: con más
ligereza y alegría que pesadez, con más risa y amabilidad que pesadumbre, con más
idealismo y valentía que repetición, con más felicidad y elevación que
realismo, con más altura de miras que resignación.
Entre círculos, órbitas y líneas
redondeadas se puede descifrar un código secreto que es parte de un árbol dorado
de altura. En estos casos la vida es capaz de ascender a través de cualquier
espacio disponible, siempre y cuando sepamos alegrarnos sinceramente con la
sonrisa adecuada.
Hay que insistir: ¡cuántas cosas maravillosas se
pueden hacer todavía!:
“¡Y, en el fondo, cuántos nuevos ideales son todavía
posibles! He aquí un pequeño ideal, que yo atrapo una vez cada cinco semanas
durante un paseo salvaje y solitario, en el azul instante de una felicidad
criminal. Pasar la propia vida entre cosas delicadas y absurdas; ajeno a la
realidad; medio artista, medio pájaro o metafísico; sin sí ni no para la
realidad, a no ser que de vez en cuando se la reconozca con la punta de los
pies, a la manera de un buen bailarín; cosquilleado en todo momento por
algún rayo de sol de la felicidad... y colgando un pequeño rabo de burla hasta
a lo más santo” .
(Nietzsche. Fragmentos
Póstumos, marzo-julio, 1888).