“La alegría de
Valeria”
Faustino López
Móvil en
suspensión. 90 x 70 x 20 cms. Aprox
Varillas
de acero inoxidable, alambre galvanizado, plásticos, botones de Vietnam.
Friedrich Nietzsche crea
a finales del siglo XIX una filosofía vitalista que pretende recuperar para la
humanidad lo que las autoridades platónicas y cristianas habían puesto en un
cielo muy alejado y en una vida que no hacía más que devaluar y despreciar la
vida terrenal y sensible.
Decía Nietzsche: “¿Qué es la belleza?... La belleza
es una sonrisa de la naturaleza, una sobreabundancia de fuerza y de sentimiento
de placer de la existencia ... La meta de la belleza es la seducción a existir”.
Espero
que ayude a sonreír.
Alexander Calder,
siguiendo de alguna manera la estela de Nietzsche, crea-descubre-inventa en
1930 en París un nuevo género en la escultura, los móviles, la escultura
cinética, en movimiento. Por primera vez la escultura se mueve en miles de años
de creación artística.
Calder decía: “Cuando
todo sale bien, un móvil es una poesía que baila con la alegría de la vida y
sus sorpresas”.
Espero que haya salido
bien.
Se trata de expresar la
alegría de Valeria. Nada mejor para lograr
expresarlo que introducir muchos colores, que tanto les gustan a los niños
(ellos sí que saben lo que quieren). También el movimiento tiene su gracia.
También le añadimos
formas puras como los círculos (que representan estrellas, planetas, burbujas o
pompas de jabón -como los mundos sutiles de Antonio Machado-), las Lunas,
alguna estrella radiante, unas alas de ángel (o de ángela) para que vuele muy
alto, las letras de su nombre y unos botones de Vietnam (que seguramente,
además de ser circulares, son algo exótico indicando tal vez la vida inesperada
y sorprendente que tendrá Valeria).
El anillo o corona
circular es casi una constante, es un anillo de Saturno (sin duda es el planeta
más bello de todos los conocidos), una especie de misterio, un signo de
perfección.