La escultura móvil "El Gran Deseo Zen" está desde hoy colocada en el espacio de la cafetería del Hotel de Ferrera de Avilés.
En su lugar en pocos días colocaremos otra obra.
Lo primero que hay que
indicar es que la escultura móvil de Faustino López está situada en el
magnífico y maravilloso palacio del Hotel de Ferrera de Avilés. El espacio
arquitectónico es maravilloso y perfecto, se trata del impresionante patio de
la cafetería del Hotel.
La obra se titula "El gran deseo Zen"
El título pretende sugerir
que seguramente no está a nuestro alcance ascender a lo más alto que los
humanos podemos imaginar y que tampoco es fácil que exista una especie de
mística materialista que nos facilite la tarea; si fuesen posibles tales
prodigios llegaríamos a una sonrisa perfecta, ya que lo máximo que podemos
lograr en esta vida es alegría.
Se han utilizado los
materiales poco pesados, plásticos y varillas de acero inoxidable, para
conseguir una sensación de nube flotante.
La impermanencia, el
movimiento, el cambio…
Apenas material, ligero,
liviano, casi colibrí, casi ingrávido, el gran deseo -que va desde las formas
alargadas a las redondeadas, circulares y esféricas y de éstas a las que tienen
un círculo central vacío, coronas o anillos circulares- se va liberando de su
peso poco a poco, se hace circular, se vacía por dentro, se eleva hasta el
centro del aire y construye su hogar en las alturas, casi vuela.
Para el budismo (y para
muchas religiones) el origen del sufrimiento es el deseo. El Gran Deseo Zen
sería liberarse del deseo, para eso intenta salirse por encima de esa paradoja;
es como si se pudiera evaporar el deseo una vez que se ha ascendido a través de
él.
Ya que no vamos a poder
liberarnos de nuestras apetencias, al menos podemos celebrar el vuelo de un
nuevo deseo en el universo. Y es que en el fondo quisiéramos ser, como decía
Nietzsche, verdaderos creadores, es decir, creadores de una fiesta nueva.