“La vida en movimiento”
Faustino López
Escultura cinética (o móvil) colgada. 250 x 210 x 170 cm
Varillas y esfera de acero inoxidable, tubos de aluminio, PVC.
La escultura durante milenios estuvo inmóvil, fija, quieta, detenida, y siempre quiso expresar el movimiento real. No fue hasta 1930 cuando el escultor Alexander Calder creó las primeras esculturas móviles.
Aunque la obra es fundamentalmente abstracta, no figurativa ni realista, pretende representar todo lo que ayude a la vida, a la vitalidad, al optimismo y a la alegría; y lo hace con un juego aéreo de formas suaves, de colores alegres y de movimientos lentos. Hay una esfera, círculos y anillos circulares que indican que todo podría ir bien, sobre ruedas, sin aristas, sin cortes ni accidentes.
Las letras P, V y M son las iniciales de PREVITALIA MÉDICA, y también son un homenaje a los que cuidan la salud, la vida, la esperanza y la alegría.
También aparecen unas formas azules que quieren ser olas del mar, que tanta relajación y tranquilidad proporcionan a los buenos navegantes.
Escribía Nietzsche que “los que más saben de la vida son las mariposas y las pompas de jabón, y todo lo que es de su misma especie”. Antonio Machado también decía “yo amo los mundos sutiles,/ ingrávidos y gentiles,/ como pompas de jabón”.
Los que saben andar, caminar, correr, saltar pueden soñar con volar, flotar y aligerarse. De eso trata esta obra, de la gracia de la ingravidez y de lo liviano, de la levedad y de la ligereza, del “todo fluye” de Heráclito y de la impermanencia de todas las cosas de las que habla el budismo.
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