"Mientras exista la música"

"Mientras exista la música", móvil colgado.

 2015. Faustino López

(En algún lugar del móvil aparecen las iniciales "FEL" Faustino Evaristo López, también podría llegar a ser FELiz).

Para el gran luthier y buen amigo Roberto Jardón Rico. Avilés. 10-8-2015

Móvil colgado, 180 x 165 x 40 cms. aprox.

Mientras exista la música serán necesarios los compositores, los interpretes y los buenos creadores de instrumentos musicales. El móvil quiere ser un tímido homenaje a nuestro gran lutier; por eso espero que las notas musicales multicolores resuenen con los violines o, al menos, se muevan con los ventiladores.

El móvil se divide en dos grandes partes, en una aparecen las iniciales JSB, referencia obligada al gran Johan Sebastian Bach, maestro de los maestros de la música; las letras se unen a círculos casi perfectos, casi platónicos, casi música de las esferas.

La otra parte se divide en cuatro secciones: en una vemos la forma de un violonchelo en color madera, acompañado de notas musicales y de dos lunas armónicas. En otra aparecen dos tapas de violín, gris y blanca, una luna blanca con una línea (un monograma de lo que será un pentagrama) y notas musicales; al otro lado más notas musicales acompañan a una luna amarilla.

En la tercera sección dos tapas de violín, de dos tonos de azul, acompañan a una luna azul con dos líneas (bigrama) y notas musicales; al otro lado dos tapas de violín, de dos tonos de verde, acompañan a una luna con tres líneas (trigrama) y notas musicales.

En la última sección una tapa de violín amarilla acompaña a una luna con cuatro líneas (tetragrama) y notas musicales; al otro lado dos tapas de violín (roja y naranja) acompañan a una luna roja con las cinco líneas del pentagrama y más notas

musicales.

Decía Alexander Calder, el genial escultor americano que creó los primeros móviles de la historia del arte en París alrededor de 1930, inaugurando así una nueva rama de la escultura, la cinética:

"Cuando todo sale bien un móvil es una poesía que baila con la alegría de la vida y sus sorpresas".

Y Nietzsche decía en su Zaratustra:

"También a mí, que soy bueno con la vida, me parece que quienes más saben de felicidad son las mariposas y las burbujas de jabón, y todo lo que entre los hombres es de su misma especie".